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Un Día con Rasululah (que la paz y bendiciones estén con él)

Autor: Mehmet Yaşar Kandemir

Traductor: Ahmet Ubeyde Yılmaz

Señor Rasul-i Ekrem (que la paz y bendiciones estén con él)  amanecía con sonido del gallo. Se levantaba, se quitaba el sueño con sus manos y rezaba que ‘’Gracias a Aláh que nos ha devuelto a la vida después de un largo sueño y hacia él volveremos (Elhamdü lillahillezi ahyana ba’de ma ematena ve ileyhinnüşür). A veces leía las últimas aleyas de la sura de Aal-imran: (En la creación de los cielos y de la tierra, la sucesión de la noche y el día, hay signos para los dotados de intelecto). Cuando veía el cielo claro de Medina. Empezaba con su brazo derecho a vestirse su camisa y después se cepillaba sus dientes como perlas con miswaq. No descuidaba nunca la limpieza de sus dientes. 

Cuando entraba a hacer sus necesidades, decía: Aláh! me refugio en ti de todos los diablos(Allahümme inni euzü bike minel hubsi vel habais). Cuando se alejaba del baño, decía: Aláh! perdóname.(Gufranek).

Antes de empezar la oración de la noche, hacía la ablución. Algunas veces hacía la oración impar: nueve, once o trece inclinaciones. Sus oraciones no se parecían a las nuestras, leía suras largas cuando estaba de pie, después de terminar su oración, iba a descansar porque terminaba muy cansado. Además, iba al cementario de Bakii en las noches, y rezaba por sus amigos que estaban allí. Le daba mucha importancia a esta tarea y no la descuidaba.

Cuando por la mañana el almuédano anunciaba el final de la noche, El Profeta otra vez se despertaba y hacía la oración de la mañana de dos inclinaciones (sunnah), después se acostaba por su lado derecho y descansaba. Después de la segunda llamada a la oración salía el profeta para ir a la mezquita y dirigir la oración de la mañana con sus amigos. Antes de empezar a hacer oración, les daba consejos para corregir la oración. Algunas veces, andaba entre las filas y cuando necesitaba corregir la formación, tocaba los hombros de sus compañeros.

Antes del amanecer, se completaban las oraciones. Las mujeres iban a sus casas y los hombres qu no tenían trabajo seguían sentados para estar con  El Profeta. Él se sentaba en  el mihrab y charlaba con sus compañeros aconsejandoles y responddiendo sus dudas hasta la  salida del sol. Algunas veces El Profeta preguntaba por los sueños de sus compañeros y después se los interpretaba. Si no había nadie que haya visto un sueño, contaba el suyo. El Profeta daba importancia a los sueños y decía que ‘los sueños son 1 parte de 46 partes de la profecía ’.

¿Qué hacía por las mañanas?

Después Rasul-i Ekrem (que la paz y bendiciones estén con él)  venía a su casa, entraba en el nombre de Aláh, empezaba a desvestir sus zapatos -empezaba con el pie izquierdo-  y saludaba a la gente de su casa. El Profeta decía que cuando se entra a la casa en el nombre de Aláh, el diablo se queda triste y advertía a sus compañeros que ‘Ya no podían estar aquí’. Cuando entraba a la casa decía ‘Aláh! Te pido una entrada propicia y una salida propicia. Entramos en el nombre de Aláh, salimos en el nombre de Aláh y hacemos resignación a Aláh.’ y otra vez se capillaba con miswaq.

Después preguntaba a su mujer que hay para comer, Si no había comida El Profeta ponía la intención de ayunar. Cuando tenía comida, iba a compartirla con los pobres, por eso la mayor parte del tiempo no había comida en su casa. A veces no se cocinaba nada durante semanas. Como decía su mujer Aişe ‘aquellos tiempos comíamos dátiles y agua o las comidas que envíaban los vecinos. Algunos veces había panes y vinagre y nada más, El Sultán de Los Profetas elogiaba lo más insignificante a ojos de los demás, como es el vinagre diciendo: ‘¡el vinagre que buena comida!’’ . Algunos días comía un plato de comida, algunos días comía unos dátiles. Antes de empezar a comer decía Bismillah (En el nombre de Aláh). Y después de terminar la comida, decía Elhamdulilah (Gracias a Aláh).

Cuando estaba en casa, Le ayudaba a su pareja, limpiaba el suelo, ordeñaba los animales, cosía el parche para su ropa, hacía su trabajo propio.

salía de su casa para acudir a la ayuda de los necesitados y atender a sus compañeros. Ante de salir vestía su zapato empezando con el pie derecho y decía  Salgo en el nombre de Aláh., me entrego a Aláh, con la ayuda de Aláh me defiendo de los pecados y me refuerzo para la adoración y la obediencia. (Bismillah, tevekkeltü alellah, vela havle vela kuvvete illa billah). Decía que cuando una persona lo dice, Allah le protege y el diablo se aleja de él. Alguna vez leía otros rezos, saludaba a las personas que pasaban por el camino. Y decía que los saludos entre los musulmanes son muy importantes.

Casi siempre hacía la oración de mediodía (una hora antes del zuhr). Cuando se cansaba se tomaba la siesta (kaylule), algunas veces la hacía en las casas de sus compañeros.

Pasaba mucho tiempo en su Mezquita. Charlaba con los musulmanes, contestaba las preguntas y les daba consejos. Cuando decidía cualquier orden reunía a todos los musulmanes, elegía sus mensajeros para enviarlos con el mensaje del Islam a distintos lugares, los comandantes, los funcionarios de zakat y los profesores que enseñaban el religión del Islam. Aceptaba las embajadores extranjeros y cuidaba a loss visitantes de otras tierras.

Visitaba las casas de los que estaban enfermos, daba cariño a todos los musulmanes.

Por Las Noches

Por las noches Profeta Muhammad (que la paz y bendiciones estén con él)  visitaba las casas de sus mujeres y finalmente se quedaba en la casa una, según el turno. Algunas veces contaba algunas historias, anécdotas, etc. Otras veces mencionaba acontecimientos de la vida cotidiana y bromeaba con su mujeres.

Después de hacer la oración del ishá, -si no tenía trabajo importante- se cepillaba sus dientes que eran más blancos que la nieve, luego, hacía la ablución, se sentaba encima de su cama, Leía las suras de Ijlas y Muavizzeteyn (Kulhuvallahu ahad - Kul euzu) y soplaba sobre sus manos y las paseaba por su cuerpo puro. Lentamente se extendía a la derecha, Ponía sus manos en su mejilla y leía algunos rezos. A veces decía: Aláh! Me moriré en tu nombre y resucitaré en tu nombre (Allahumme bismike emutu ve ahya),y a veces leía los rezos largos. Después se dormía aparentemente y conectaba su alma con su creador alabado sea.

Haga clic en el enlace para leer la traducción al turco del artículo: https://www.siyerinebi.com/tr/yasarkandemir/efendimizlebirgun

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